Al transportar el vehículo, ya sea en camión, tren, barco u otros, debe sujetarse únicamente por la superficie de rodadura de las ruedas. No se debe amarrar el vehículo por componentes de los ejes, por las patas telescópicas o por las argollas de remolcado, pues durante el transporte podrían modificarse la presión de los amortiguadores. Con ello no se podría garantizar la estabilidad del vehículo en según qué condiciones.